El nieto de Cupido Capitulo 8
Hola gente linda, gracias por seguir visitandonos y por esperar por nosotras. Aqui les dejamos el capitulo 8 de El nieto de Cupido. Ya se que nos tardamos bastante. En nuestra defenza queremos decir, que estamos trabajando muco en el nuevo libro de Jugadas del Destino. Asi que permanescan por aqui y dejenos saber sus opinions. Gracias y que lo disfruten. Su amiga Satara.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
CAPÍTULO 8
Vi con asombro como la vaca pasaba su rasposa lengua sobre
el hocico del gran danés. Y el muy perro jadeaba de felicidad.
Mi abuelo estaba en el suelo del granero agarrándose el
vientre mientras lágrimas escurrían por sus ojos. Yo sólo quería darle con las flechas en la
cabeza. No es como si hubiera tenido
eones para perfeccionar mi técnica, además no era mi culpa que el maldito perro
pulgoso se me atravesara.
— ¡Abuelo! – grité como si tuviera 5 años – ¡Deja ya de
reírte y ayúdame!
—Cariño, no puedo hacer más de lo que hago. Es tu flecha.
—Demonios – dije frustrado.
—Tranquilo niño – dijo mi abuela suavemente mientras me
alborotaba el cabello. En definitiva, me sentía como un niño de 5 años – Ellos
tienen que consumar su amor en 3 días; sino, el efecto de la flecha pasará.
— ¿A qué se debe?
—A que no están destinados a estar juntos.
— Entonces ¿Cómo lo arreglo? – pregunté consternado.
—Eso tienes que hacerlo por tu cuenta. – Mi abuelo tenía su
teléfono en la mano – Me tengo que ir.
Mi próxima misión me aguarda. Regresaré
tan pronto pueda.
Sin más mi abuelo desapareció. Me quedé como lerdo un par de minutos más, preguntándome nuevamente si me había
atropellado un tren y estaba en coma
teniendo uno de los sueños más tontos que había tenido. Moviendo la cabeza efusivamente para espantar
estos estúpidos pensamientos, corrí rápidamente tras mi pareja asignada. Un
último vistazo a la valla me dejó saber que el gran danés aún seguía ahí
mirando embelesado a la vaca. Sacudiendo
la cabeza, me reí de mí mismo y agradecí haber nacido en la época donde la
comida estaba en el supermercado y no donde tenía que cazarla.
Evan y Scott entraron en la casa.
— ¡Mamá! – llamó Scott – Tenemos visita – luego mirando a
Evan dijo – Siéntate por favor.
—Enseguida voy, cariño – escuché que una voz femenina
respondía.
En ese instante, no pude evitar pensar, cuan lindo sería
entrar a la casa, pero no podía hacerlo sin abrir la puerta. El abuelo mencionó que podía proyectarme, pero aun no me
enseñaba a hacerlo. Entonces pensé ¿por qué no? y al siguiente segundo
estaba dentro de la casa, parado justo al lado de la nevera. Instantes después, vi como una mujer de unos
50 años entraba en la cocina. La mujer vestía un pantalón corto azul y una
camiseta blanca con estampado de una universidad. Sonrió al ver a Evan sentado.
—Vaya – dijo ella contemplando abiertamente a Evan – Lindo
chico, cariño. – dirigiéndose a Evan dijo: – Soy Rose, la madre de Scotty
—Muchos gusto señora soy Evan…
—Ah, un chico educado – lo interrumpió Rose – me alegra que
hayas encontrado uno lindo y con modales esta vez.
—Él no es una cita mamá –dijo Scott con una mueca – es un
cliente.
—Pues deberías invitarlo a salir – dijo Rose poniendo las
manos en su caderas – es guapo.- concluyó con un guiño.
— ¡Mamá! – exclamó Scott algo sonrojado – ni siquiera sé si
es gay. – Luego miró a Evan, como si de pronto hubiera recordado que el hombre
estaba allí – Lo siento- se disculpó – Mi
madre a veces asume cosas sin pensarlo.
—Yo… – comenzó Evan sólo para verse interrumpido por Rose.
—Tonterías muchacho.
– Suspiró pesadamente en un gesto tan teatral, que podría jurar, ganaría
el Oscar – A veces pienso que tengo
mejor radar gay que tú, querido hijo. –
luego miro a Evan con esa mirada clásica que dan las madres de “si me mientes lo sabré” - ¿Eres gay,
precioso?
Pude ver como los ojos de Evan casi se salían de sus cuencas
al escuchar la pregunta. Abrió
ligeramente la boca, y aun sin pronunciar nada, se le subieron los colores al rostro. Fue
gracioso como se haló el cuello de su camisa, como intentado aflojar la presión de éste.
Nunca había visto a alguien tan impactado por una pregunta. Bueno, excepto yo cuando mi abuela me
preguntó si el sexo gay dolía. Aquel día
quise que me tragara la tierra. Porque,
veamos, tenía 17 años y acaba de regresar de mi primera cita, aun con una tonta
sonrisa plasmada en mi rostro causado por mi primer beso y repentinamente mi
abuela me pregunta eso. Casi morí de la
vergüenza. Pero dejemos mi tórrido
pasado y continuemos con Evan y Scott.
— ¿Me escuchaste? – insistió Rose.
—Si señora, la escuché.
Simplemente no entiendo por qué salió esa pregunta.
—Chicos – dijo ella sacudiendo la cabeza como diciendo “Si será tonto” – Mi hijo aquí – añadió
señalando a Scott – Es un veterinario calificado, hombre serio, decente y
trabajador, guapo, soltero y…. gay. Tú pareces reunir las mismas cualidades. Así que, ¿eres gay o no?
—Si lo soy – dijo Evan de manera automática. Su rostro reflejó el shock de reconocerlo
delante de extraños.
—Perfecto – dijo Rose toda entusiasmada – Ahora tú – dijo a
Scott – No pierdas el tiempo y pídele una cita, no todos los días un chico
guapo y elegante te toca la puerta. Voy por café – soltó como si fuera lo más
normal del mundo.
—No le hagas caso – murmuró Scott algo avergonzado– Mi madre
puede ser un torbellino la mayoría del tiempo.
—No… no hay problema— Luego de algunos momentos de incomodo
silencio Evan continuó- En mi caso es mi padre quien me concertar las
citas. Él dice que no porque sea gay
debo conformarme con menos de lo que merezco – concluyó con una tenue sonrisa.
Scott ladeó la cabeza mientras miraba a Evan, tal vez
preguntándose si era un insulto de Evan o sólo el pensamiento cariñoso de un
hijo a su padre.
—Tienes suerte de tener un padre comprensivo. El mío ni siquiera se quedó conmigo el tiempo
suficiente para saber que era gay.
—Bueno, tú tienes una madre cariñosa que se preocupa por ti
y respeta tus preferencias. La mía no
para de intentar encontrarme parejas femeninas.
— ¿No sabe que eres gay?
—Sí lo sabe. Cuando tenía alrededor de 18 años, le dije.
Ella solamente me contestó que era una fase.
Mi madre dijo algo de experimentar y volver al camino correcto.
Los dos se miraron por unos minutos y de pronto, sin razón
aparente, empezaron a reírse como unos tontos.
— ¿Una fase, en serio?
—No conoces a mi madre.
Mi padre por otro lado…bueno es mi mejor amigo.
Rose regresó cargando una bandeja con café y algunos dulces.
—Entonces Evan – dijo ella como si nada – ¿A qué te dedicas?
En ese momento, la conversación pasó a temas más
triviales. Pero no me pasaron
desapercibidas las miradas que Scott le lanzaba a Evan. Podía jurar, que Scott miraba
al otro hombre, como intentando descifrar
algo indescifrable.
Yo por mi parte, teniendo más que suficiente con aquella
escena tan hogareña, me proyecté fuera de la casa y llamé a mi abuelo. Para mi mala suerte, el viejo no me
contesto. Entonces me enfurecí.
Tenía que hacer que esos dos pasaran la noche juntos, era esencial,
pero no sabía cómo. Intentando hallar la
solución, caminé hacia el granero donde estaban los perros. Realmente no quería hacerle más daño al pobre
caniche, el pequeño no tenía por qué sufrir más; sin embargo necesitaba
despejar mi mente. Miré al cielo
intentando encontrar la respuesta. Para mi sorpresa la tarde ya comenzaba a
caer.
Si tan solo pudiera controlar el clima y hacer que la
neblina fuera tan densa que no se pudiera manejar. Tal vez entonces podría
hacer que ambos hombres durmieran juntos.
Suspirando desganadamente, volví a intentar telefonear a mi
abuelo. Como era esperado, no obtuve
ninguna respuesta. No encontrando otra solución,
y teniendo sólo a otro dios que me pidiera prestar su ayuda, invoqué al hombre:
—Príapo yo te invoco en tu forma humana..
A diferencia de cuando invocaba al abuelo, Príapo apareció
con un destello de luz. El hombre estaba
vestido como John Travolta en Saturday Night Fever, con el traje blanco y
todo. Sólo que las costuras de su pantalón
estaban a punto reventar a causa de su confinada hombría. En ese momento no supe si reírme por mi gran
imaginación o llorar por Príapo.
Parecía que el hombre no se encontraba conforme con la
manera en que lo imaginé, puesto que al
segundo siguiente estaba con su túnica habitual.
—Muy graciosos chico – me dijo sin rastro de humor - ¿tienes
otro culito para mí?
—No, lo siento.
—Que lástima.
¿Entonces por qué estoy aquí?
—Necesito ayuda y el abuelo no me contesta.
— ¿Qué necesitas?
— ¿Sabes cómo controlar el clima?
—No. Yo no lo sé,
pero puedo contactarte con quien sí lo sabe.
—¿En serio? – pregunté alegre.
—Sí, niño. Como tú, es un semidiós. Por lo que te sugiero, le tengas paciencia.
—No me importaría, así fuera un ciclope ciego.
Príapo se rió de buena gana ante mi comentario.
—Toma, este es su
número. Dile lo que necesitas y te
ayudará. Y, si no me necesitas más, regreso a lo que
hacía. Hay un chico en la Atlántida que
tiene un culo verdaderamente caliente.
—Gracias. – dije viéndolo desaparecer. No pude evitar pensar
en Theron. Como quería verlo de nuevo.
Con una llama de esperanza floreciendo en mi pecho, tomé mi
teléfono una vez más y marqué el número que me dio Príapo.
— ¿Si? – contestó una voz femenina.
—Soy Max, nieto de Eros y necesito tu ayuda.
— ¿Qué necesitas de mí? – preguntó la voz, pero esta vez
podía escucharla a mis espaldas. Ante mí, ahí de pie, se encontraba una mujer
morena, alta y de un buen cuerpo.
Oigan soy gay no ciego.
La mujer vestía un
par de jeans a la cadera y una camiseta azul cielo estampada con Mickey Mouse,
había una separación entre ambas piezas de al menos 5 pulgadas que dejaba ver
un arete de oro en el ombligo.
— ¿Quién eres?
—Soy Khiana.
Enarqué las cejas como diciéndole “¿deberás dirás sólo eso?”. Ella suspiró
—Soy la hija de Kairos, dios del clima. Para ser más exacto, soy la hija medio humana
de Kairos.
—Mucho gusto. Yo soy
Max.
—Ya dijiste eso, ¿Para qué soy buena?
— ¿Eso quisiera saber yo?
— ¿Qué? – exclamó ella algo espantada de mi último
comentario.
—Mira, yo tengo está loca misión – contesté suspirando. Pronto
me vi contándole todo el caos en que se
convirtió mi vida desde el día de mi cumpleaños
—Bienvenido al club – me dijo ella – Zeus también ha hecho la
vida de cuadritos desde que desarrollé mis poderes. Aún recuerdo aquella ocasión en la que estaba
jugando con ellos y Zeus me retó, lo próximo que supe es que había creado a
Katrina y que estaba destrozando New Orleands.
Así que, si hay que joder al vejete ese, cuenta conmigo.
—No tanto como joderlo, pero si al menos fastidiarlo.
—No importa, estoy abordo.
¿Qué quieres hacer?
—Crear una niebla tan espesa que no permita salir de la
casa.
—Entonces manos a la obra.
Sin más, y con una sonrisa socarrona en su rostro, Khiana
levantó ambas manos. La mujer, hizo algunos extraños patrones en el aire y, de
pronto, la bruma comenzó a aparecer. En
segundos, una gran nube negra se cernía sobre nosotros y algunas gotas de agua
comenzaron a caer rápidamente la tormenta se desató, empapándonos.
—Khiana – comenté con una tranquilidad que no sentía – Era
neblina lo que quería, no lluvia.
— ¿Te mencioné que no soy buena con los poderes que mi papi me
pasó? – preguntó ella con inocencia.
—No, olvidaste ese pequeño detalle.
—Tranquilo pasara en un rato.
— ¿Cuándo es un rato?
—Eso varía. La última
vez fueron tres días.
— ¡TRES DIAS! – grité.
—Tranquilo – habló ella de lo más natural – Ve el lado
positivo. Tus tortolitos no van a
ninguna parte.
Tomando una profunda respiración me pregunté, una vez más, a
que gato le había pisado la cola para maldecirme con esto. ¿Qué es lo próximo
que me pasaría?
Dios como me gusta esta historia seguirla en cuanto podais, besos y gracias por el capitulo
ResponderBorrarGracias por el Capitulo, ahora me duele el rostro de tanto reír (>0<)//
ResponderBorrarTodavía no le veo la parte romántica u.u cuando se juntara Max con Theron? o alguien mas XD muy buena historia, me gustaría que la actualizaran mas seguido, pero de todas formas gracias por su esfuerzo!
ResponderBorrarsaludos y Abrazos ;)
AWWW !!!! este Max me encanta muchas gracias por el capitulo
ResponderBorrarHOLA FELIZ SAN VALENTIN,BESOS.
ResponderBorrarHOLA FELIZ SAN VALENTIN,BESOS.
ResponderBorrarJajajaja!!!, buenisimo el capitulo, realmente moría de risa mientras lo leía. Mil gracias por compartirlo
ResponderBorrarHOLA, YA ENCONTRÉ EL CAPITULO ^^ LO SIENTO ES QUE EN BLOGS NO SOY MUY BUENA SIGUIENDO CAPÍTULOS ^^U PERO TU HISTORIA ES MUY BUENA Y ME ENCANTA GRACIAS POR SEGUIRLA ^^
ResponderBorrar