EL NIETO DE CUPIDO CAPITULO 7


Bueno antes que nada queríamos pedirles disculpa por las demoras, por tardar tanto con los capítulos pero bueno, las malditas obligaciones diarias aveces no nos dejan avanzar tan rápido como quisiéramos, pero como siempre les agradecemos inmensamente por estar con nosotras y acompañarnos en este viaje tan hermoso.




Me desperté temprano como era mi costumbre. Después de asearme encendí la computadora en lo que mi café estaba listo. Quería saber cómo estaba Evans y Nerón. El maravilloso olor a café impregnaba mi cocina justo en el instante en que llamaron a mi puerta. Mire el reloj en la pared para constatar que apenas eran las 7:45 am.
¿Quién en su sano juicio visita a esta hora? Al abrir la puerta nada me hubiera impactado más que un repartidor.
  —¿Max Bradford?— pregunto.
— Si.
—Tengo una entrega para usted.— dijo el hombre mientras ponía una tabla con recibos bajo mi nariz – firme aquí.
 Firme un tanto embobado y notando el sonrojo del repartidos. Sin mirarme a los ojos el hombre me entrego un recibo y una caja del tamaño de una caja de zapatos y sin más se marchó. Puse la caja en la encimera antes de servirme mi café. Los primeros sorbos casi me hacen caer de rodillas y adorar al dios del café, si es que existía. Olvide momentáneamente la misteriosa caja y comí unas tostadas con mantequilla. Mire el reloj y me percaté de que aún tenía tiempo. Lo que puse en la comida de Nerón no lo enfermaría hasta dentro de unas horas lo que significaba que podía hacer mi rutina laboral y encaminarme a la granja de Shane. Aun no sabía como pero lograría que esta misión fuera un éxito. Mire la caja y decidí abrirla. Con cuidado quiete el envoltorio. Al abrirla encontré una nota.

                             “Algo que podemos disfrutar los dos K”

No me podía creer el descaro de Keith, enviarle un regalo. Tuve deseos de tirar la caja a la basura sin más pero la curiosidad pudo conmigo. Envuelto en papel de seda había una copia de Magic Mike, un frasco de lubricante térmico y dos tapones anales. Me reí muchísimo. Recordé la primera vez que vi la película con mi abuelo y el solo criticaba la veracidad de los hechos mientras yo babeaba por los cuerpos desnudos bailando. Tome la caja y mi maletín y salí de la casa. Se me hacía tarde y la oficina no estaba a dos pasos.
Una vez en el edificio y de pasar todos los controles de seguridad fui a buscar a Keith. Deje la caja en el auto no podía llevar su contenido dentro del edificio sin que todos los guardias se enteraran. Una cosa es ser abiertamente gay y otra muy diferente es que todos te estén sobando el trasero por serlo. Keith estaba hablando con Anna, la supervisora de turno. Al percatase de mi presencia me dio una mirada sucia de esas que decía quiero un pedazo tuyo y se pasó la lengua por los labios como saboreándome. Mi estómago se retorció amenazando con devolver mi desayuno. Anna se despidió y Keith camino hacia mí. Era obvio el esfuerzo que hacía para caminar más o menos normal. Carl de contabilidad se detuvo a mi lado observando a Keith.
 — Parece que le toco abajo a Keith.

—¿Qué? – pregunte más que atónito.

Carl era un hombre muy callado y que estuviera hablando de esa forma me dejo desconcertado.
—Keith y yo vivimos en el mismo edificio. Lo vi llegar anoche. Necesito mucho hielo para poder levantarse hoy. Creo que le va a escocer.— dijo con una risita mientras me palmeaba la espalda – Semental. – concluyo guiñándome un ojo.

Quería morirme de vergüenza. Keith le había contado a todos.
—Buenos días dios del sexo – dijo Keith muy suavemente.

—¿Le has dicho a todos lo que paso con nosotros?—lo ataque, realmente quería matarlo

— No – contesto el como si mi comentario le hubiera molestado – no quiero que todos sepan lo puta que soy.
—Carl me acaba de llamar semental.

— Carl es mi vecino y a veces compartimos el auto. Esta mañana a duras penas me pude sentar. Tengo el culo en carne viva. Lo amo. ¿Cuándo repetimos? – puso lo que yo entendía pretendía se una mirada sexy. Pero en vez de tentarme me dio lastima pensar que para el yo era una cuenta bancaria exorbitante y un buen polvo.

—Lo siento Keith – dije lamentando lo cruel que tenía que ser – lo de anoche fue eso, una sola noche.

— ¿Estas rechazando mi bonito y caliente culo? – dijo incrédulo y dolido.

— No repito la ropa.— dije utilizando una frase de una amiga de la universidad – menos los amantes. Fue lindo pero me gusta la variedad.

Y sintiéndome un insecto al ver la expresión de dolor en el rostro del hombre camine hacia mi cubículo.

El día había sido difícil. Cada vez que me topaba con Keith veía esa tristeza en sus ojos, ese conocimiento de solo ser un juguete me mataba. No importaba que yo supiera que para Keith el juguete iba a ser yo. Lance mi portafolio en el sofá con la culpa aun en mí. Decidí dejar a Keith de lado y concentrarme en mi misión. Con dos golpes a las teclas de mi laptop pude ver como Evans llegaba a casa y Nerón no se movía.
—¿Qué tienes amiguito? —pregunto Evans algo preocupado. Nerón solo gimoteo. – Ya se, comiste de más. Tranquilo amigo.

Aplaudí feliz de lograr mi cometido. Conecte mi teléfono para seguir recibiendo los audios del apartamento y corrí por mi maleta. Cambie mi pantalón de trabajo por un jean y salí nuevamente pero esta vez a completar mi misión. Cuando estoy cerrando el portaequipaje de mi auto mi abuelo aparecí.
 — Hola cariño, como está tu día.

— Lo sabes abuelo – dije con una sonrisa – ahora maneja en lo que sigo con mis investigaciones.

 —¿Sabes que no necesitas manejar? – me pregunto el abuelo mientras se acomodaba tras el volante – Con solo pensarlo te proyectas a la granja.

 Creo que me lastime algún tendón en el cuello de lo rápido que gire mi cara. ¿Yo podía hacer eso? Digo si fuimos a la Atlántida y todo eso pero no pensé que yo pudiera solo. Atlántida. El solo pensar en la isla trajo automáticamente a mi mente la imagen de Theron. La temperatura de mi cuerpo subió dos grados automáticamente mientras mis pantalones se encogieron. Un deseo feroz de que Theron me tocara por todas partes vibro.

— Uhhh— dijo el abuelo con una risita — no sabía que esta misión te ponía caliente

 — No es la misión —dije algo avergonzado. Por los dioses tengo 25 años no 15, no puedo dejar que una imagen me eleve tanto.

— ¿Entonces?— Un hombre que conocí en Atlántida.

—¿En serio?— dijo mi abuelo enarcando la ceja y sabía perfectamente por qué. Dije hombre no chico

—Sí. ¿Crees que podamos volver y aparecer una semana después de que fuéramos la primera vez?

— Por supuesto.— el abuelo parecía complacido, pero preocupado— ¿Es importante ese hombre?

— No lo sé.— mentí a medias— aun no lo conozco del todo pero me hizo sentir vivo como ningún otro.

—Solo un consejo.— dijo el abuelo— recuerda que él es de otra época.— Ni me lo recuerdes, tuve serios problemas para explicar mi apellido. — El concepto no existía en su época. — dijo el abuelo y se rio.

El resto del camino nos concentramos en el objetivo. Fui testigo del momento exacto en que Nerón empezó a enfermarse y como la desesperación calcemia a su dueño al no encontrar un veterinario dispuesto a atenderlo a esa hora. Entonces vimos como Evans corría por el departamento tomaba a Nero y salía del apartamento luego de tomar una hoja de su impresora. Con el programa espía que había instalado pude ver que era las indicaciones para llegar a la granja de Shane.

     ¿Pusiste vigilancia en su auto?—pregunto mi abuelo

—No. —dije riéndome de mi mismo – hice algo mejor. Clone su teléfono. Con otro juego de golpes al teclado de mi laptop pude escuchar la conversación de Evans con Nerón.

 —“No me puedo creer que vamos a una mugrienta granja. No voy a dejar que toques el suelo. Quien sabe qué clase de asquerosidades habrá”.


Mi abuelo comenzó a reírse a carcajadas de Evans. El hombre era algo consentido. Yo no pude resistirme y me reí también. En serio aun no entendía por qué Zeus me hacía estas bromas. Llegamos a la granja de Shane 15 minutos antes que Evans. El abuelo me mostró otro beneficio del ser el nieto de Cupido. Ellos no podían verme si yo no quería que me vieran. Así que camine al lado de un nervioso y preocupado Evans mientras susurraba palabras de consuelo a su cachorro de apariencia moribundo ¿Se me había pasado la mano con el laxante?


—Doctor Carmichaell?—llamo Evans desde la puerta.
—Al fondo – gritaron desde el fondo del granero. - Soy Scott, Evans traigo a mi perro Nerón. Hablamos por teléfono.

—Camine ya hombre.—dijo la voz – estoy acá atrás atendiendo un parto.
 Vi como Evans palidecía un poco pero camino como hipnotizado por la voz. Efectivamente Shane tenía ambas manos metidas dentro de una yegua blanca. El rostro de Evans se arrugo. Parecía que vomitaría. Entonces Shane dio un fuerte tirón y un pequeño potrillo appaloosa salía al mundo.

— Eso es hermosa – dijo Shane a la yegua mientras se limpiaba los fluidos de las manos en una toalla puesta sobre la puerta del pesebre – tienes un sano y fuerte bebé. Estoy orgulloso de ti. Iré a contarle a Conrad que es padre. – luego se giró a Evans - ¿En qué puedo ayudarlo?
     Eso es algo que nunca he hecho —dijo Evans como en trance.
 —¿Ayudar en un parto?—pregunto Shane enarcando la ceja.
—No meter las manos en una… una hembra.

 El abuelo y yo nos reímos a carcajadas. Al menos Evans y yo teníamos en común. Yo tampoco había metido la mano en una hembra. Shane, al parecer también encontró el comentario gracioso pues también se rio a carcajadas.
—Esa sí que no la había escuchado jamás. Mi madre se volverá loca riéndose cuando se la cuente.

 — Preferiría que mi lapsus de diarrea verbal quede entre nosotros doctor. - Como desee. – Shane alargo la mano hacia Nerón.
— ¿Qué tenemos aquí?.—dijo Shane queriendo tomar a Neron.

01    —¿Podría lavarse las manos primero?—le digo Evans alejando al perro de las manos del veterinario.
El abuelo jadeo pero por la risa.

—Este chico tuyo es muy- el abuelo busco el adjetivo adecuado.—quisquilloso.

—¿Perdón? - escuchamos que Shane le dijo a Evans

—Lávese las manos.— dijo enérgico— no voy a permitir que toque a mi mascota con las manos llenas de sangre y otras sustancias corporales.

—Se llama líquido amniótico— dijo Shane y por su expresión facial estaba más divertido que molesto— y en algún momento de nuestras vidas todos hemos estado cubiertos por él.

—Unos más que otros por lo que veo – dijo Evans con una nota de asco en la voz.
 Shane lo estudio por unos minutos. Luego sacudió la cabeza.

—Venga por aquí.— dijo el mientras caminaban hacia al frente del granero, pero no a la salida sino hacia la izquierda donde había una oficina y un cuarto de examen.

El abuelo y yo caminamos por las vigas del techo hasta tener una visibilidad completa de la pareja. Shane se dirigió a un fregadero. Antes de comenzar a lavarse se quitó la camisa y la lanzo a un cesto a la derecha del fregadero. Abrió el grifo y se lavó las manos vigorosamente. Después abrió un cajón del escritorio y tomo una camiseta y se vistió. Todo ante la mirada atónita de Evans. Aprecie el definido cuerpo del veterinario y su marcado bronceado. Debo decir que el hombre era muy, muy sexi.

— ¿No le da vergüenza desnudarse ante un extraño?—pregunto Evans.

— ¿No aprecio la vista? —dijo Shane sarcástico y algo molesto.

— Este chico es un éxito— murmuro el abuelo.

 —Ese no es el punto aquí —dijo Evans — Su falta de profesionalismo es lo que estamos juzgando.

      — Amigo.—dijo Shane esta vez completamente molesto.—eres la persona más estirada que he tenido la desdicha de conocer. Ponga el perro en la mesa, salgamos rápido de esto.

 Evans puso a Nerón en la mesa de examen. El perro se veía débil. Casi ni se movió mientras Shane lo auscultaba. Me sentí muy mal por lo que le hice al pobresito. Parecía que estaba muriendo. Vi como Shane todo profesional tomo unas muestras de Nerón e eso las preguntas correctas con relación a su salud. Salió un momento a una habitación conjunta que vimos era un laboratorio. Regreso unos minutos después.

 — Su perro tiene una leve intoxicación alimentaria. ¿Comió comida de mesa?

—Jamás – dijo Evans algo escandalizado lo que provocó varias risas mías y del abuelo – Él tiene una dieta muy específica y balanceada.

—Entonces algún visitante le pudo pasar algo de comer.

— Tampoco es una posibilidad.

 —¿Agarro algo del basurero? – Shane negó tan pronto dijo las palabras – olvídalo, la pulguita esta no es tan grande como para alcanzar el basurero – luego acaricio el vientre de Nerón – a que eres tan cosita que no alcanzas. Evans lo miro medio confundido. Y yo más aún. Para ser veterinario tienes que amar a los animales. Pero vi como un hombre rudo que tenía las manos dentro de una yegua hace apenas unos minutos era todo ternura con un perro. Evans debía estar pensando lo mismo.

— Necesita fluidos y descanso. Voy a ponerle una intravenosa con un medicamento para el estómago y me gustaría dejarlo aquí en lo que la bolsa se vacía. Después le daré una receta y quiero verlo en dos días – luego se dio cuenta de cómo lo veía Evans – a menos claro que quiera que el seguimiento lo haga su veterinario de cabecera.

—No – dijo Evans algo conmocionado. Creo que no se esperaba que Shane fuera un pan con Nerón – lo traeré.

 Es solo que me queda a más de 40 minutos de distancia. Shane no dijo más. Simplemente busco los materiales para poner la intravenosa. Luego puso a Nerón en una cama y la coloco dentro de una jaula.
     Le puse algo para sedarlo y que no se saque la aguja de la vena. — Shane miro a Evans como desinterés – le invito un café en lo que la bolsa se vacía.

Vi un momento de duda en los ojos de Evans pero luego acepto.

     Es tu momento.— dijo mi abuelo— fléchalos cuando salgan del granero.

 Tome mi arco y mi flecha en mis temblorosas manos. Prácticamente corrí hacia la puerta de arriba del granero por donde subían a las pacas de heno. Puse mi rodilla en el suelo y apunte a mis objetivos. Un millos de dudad comenzaron a pesar en mi mente. Las manos me sudaban y comencé a invocar ayuda celestial. No sé ni a que dios rece. Solo pedía no matar a nadie. Evans y Shane salieron del granero.

     Tienes que flecharlos a los dos con una sola y en un solo tiro.— repetí lentamente mientras me posesionaba como el abuelo me enseño.

Mi labio tocaba la cuerda tensa y mis ojos trataban de sincronizar con la punta de la flecha. Tres, dos uno conté antes de soltar la flecha. El aire vibró mientras la flecha salía disparada. Entonces como si mi pero pesadilla se convertirá en realidad un granadés salió corriendo desviando mi flecha que lo atravesó y cruzo el prado hasta donde las vacas pastaban, flechando a una de ellas. El grandanes miro a la vaca y corrió hasta la cerca, la vaca camino a su encuentro y se quedaron ahí mirándose como tontos enamorados.

— He…abuelo!— dije medio tartamudeando.

— ¿Lo hiciste?— me pregunto el abuelo regresando su atención a mi desde su celular.

     — Sí.— luego agregue antes de acobardarme.— pero no a la pareja deseada.

El abuelo camino hacia mí y miro en la dirección que señale. Dos segundos después se reía a carcajadas mientras lagrimas brotaban de sus ojos.

— Max en serio que no te metes en más problemas porque no tienes más tiempo.


Comentarios

  1. en serio con la vaca ? eso si me dio una buena carcajada apoyo al abuelo cupido , Max si que debes manejar tu puntería

    ResponderBorrar
  2. un capitulo fabuloso muchas gracias!!!!! adoro esta historia

    ResponderBorrar
  3. Muchas gracias, un capitulo, está muy bueno. Besos

    ResponderBorrar
  4. jajajajajaja muy buen capitulo! un cuando cumpla su misión me gustaría continuar sabiendo de esta pareja tan dispareja, tal vez su propia historia de Evans y Shane.

    Gracias!

    ResponderBorrar
  5. Muchas gracias por el capitulo. Como me he reido, jaja. Al menos Max le dio a dos animales y no a alguno de los hombres y la vaca, jaja

    ResponderBorrar
  6. Muchas gracias por el nuevo capitulo se os eschaba mucho de menos pero estais perdonadas si seguis escribiendo, besos

    ResponderBorrar
  7. Gracias por el nuevo capi, espero que Max fleche mejor la próxima vez, porque sino, que dios nos ayude con las parejas que va a hacer, jeje Besos

    ResponderBorrar
  8. Gracias por los capítulos Sora y Satara (^0^)//

    ResponderBorrar
  9. JAJAJAJAJAJA!!!! Moria de risa con ese pequeño fallo de Max, menos mal que fueron dos animales y no algo pudiese terminar en zoofilia, solo me resta pedir a los Dioses, que Max complete su mision con exito.

    ResponderBorrar
  10. Muchas gracias por el capitulo como siempre deja con ganas de mas.Besossss

    ResponderBorrar
  11. jaja muchas gracias muy buen capitulo...besos

    ResponderBorrar
  12. jajajajajaja me gusta mucho espero pacientemente los demas capitulos gracias por su genialidad... <3

    ResponderBorrar
  13. HOLA SOY NUEVA POR AQUÍ REALMENTE ME ENCANTO ESTA HISTORIA PERO NO ENCUENTRO OTRO CAPITULO :( YA NO VAN A SEGUIR CON LA HISTORIA? REALMENTE ES GENIAL Y QUIERO SABER QUE PASARA ESPERO CON ANSIAS LA CONTINUACIÓN Y GRACIAS POR ESCRIBIR ESTA MAGNIFICA HISTORIA

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Regalo

Un poco más de Sora y Satara